Publicado el 10 noviembre, 2019 • 19:24 por Yimel Díaz
Mi pecado es ser dirigente sindical, ser indígena y ser antimperialista, dijo Evo Morales Ayma, ante las cámaras de televisión al renunciar a la presidencia del Estado Plurinacional de Bolivia, tras el golpe de Estado de la derecha opositora.
Explicó que su decisión tiene el propósito de detener la violencia incitada por los opositores Carlos Mesa (candidato perdedor en las elecciones) y Luis Fernando Camacho: “Estamos renunciando para que Mesa y Camacho dejen de perseguir y patear a mis hermanos de polleras, no queremos enfrentamientos (…). Todo por Bolivia, por la paz, y por la Patria”, afirmó.
“Duele mucho ver a bolivianos enfrentados”, sentenció.
El líder aymara recordó que el golpe de Estado comenzó el pasado 21 de octubre y que su decisión, así como la del vicepresidente Álvaro García Linera, no constituyen una traición al pueblo, “la lucha sigue, somos pueblo”.
“Estamos dejando una patria liberada, una nueva Bolivia en proceso de desarrollo”, aclaró y aconsejó a los jóvenes que “sean más humanos, más solidarios con la gente que los necesita”; mientras a los policías les recordó el origen humilde de la mayor parte de sus activos y les pidió: “No sean instrumento de la oligarquía capitalista”.
“No llegamos al Gobierno por ambiciones personales, aquí hemos llegado por la Patria, no por la plata, insistió Evo, no tengo por qué escapar, no robamos nada (…). Vuelvo a las zonas del Trópico,
a Cochabamba, para estar con mis compañeros con los que continuaremos compartiendo experiencias en la lucha. Yo soy esclavo del pueblo”.
“El sistema capitalista no es una solución para la humanidad, el imperialismo es el peor enemigo —reafirmó Morales— aquí no termina la vida, la lucha sigue”.
Manifestó que Bolivia ha vivido un golpe cívico, político y policial. Convocó a la comunidad internacional a decir la verdad sobre lo sucedido y denunció que el informe preliminar de la OEA que habló de “irregularidades del proceso de escrutinio” en las elecciones del pasado 24 de octubre, priorizó las respuestas políticas frente a las técnico jurídicas que eran su real función.
Narró que días anteriores se supo que las fuerzas violentas habían ofrecido 50 mil dólares a quienes entregaran a Evo y a Álvaro. “Los hago responsables de lo que suceda”, dijo.
El vicepresidente Linera ratificó su lealtad: “Me siento orgulloso de haber sido el vicepresidente de un indígena, de un campesino”, y aclaró que: “Los grupos violentos han desconocido el orden constitucional y nosotros no vamos a restablecerlo a sangre y fuego. Estamos renunciando para que no ensangrienten nuestros campos y ciudades. El golpe de Estado se ha consumado”.
“Siempre estaremos del lado del más humilde, del pueblo, del trabajador, no los vamos a dejar solos. Más pronto que tarde Bolivia remontará esta etapa tan triste, dolorosa y perversa de ataque a la institucionalidad”, prometió García Linera.
“No destruyan Bolivia”, fue el mensaje de Álvaro “a los que nos han robado el voto”; e invocó la profecía de 1781 del cacique indígena aymara Túpac Katari: “Volveremos y seremos millones”.
El mandato de la dupla Evo Morales-Álvaro García Linera debía concluir el venidero 22 de enero del 2020, por lo cual la renuncia a la que fueron forzados representa una ruptura en el orden constitucional que empeora la actual crisis.
Según el artículo 93 de la Constitución de Bolivia, “en caso de impedimento o ausencia temporal del Presidente de la República, antes o después de su proclamación, lo reemplazará el Vicepresidente y, a falta de éste y en forma sucesiva, el Presidente del Senado, el de la Cámara de Diputados o el de la Corte Suprema de Justicia”.
Pero la línea de sucesión se ha visto obligada a renunciar. Al cierre de esta edición solo quedaba en el cargo la última opción: José Antonio Revilla, presidente de la Corte Suprema de Justicia.
Mientras grupos racistas celebraban la consumación del golpe quemando la bandera Wiphala, símbolo de los pueblos indígenas reconocido como emblema patrio en la Constitución del Estado Plurinacional, personalidades del mundo, así como jefes de Estado y de Gobierno continuaban denunciando la ruptura del Estado de derecho en Bolivia y clamaban por la integridad física de Evo Morales, sus seguidores y equipo de Gobierno.
http://www.trabajadores.cu/20191110/la-lucha-no-termina-aqui-dice-evo-morales/
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