Ciudad de México, a 8 de junio de 2017.
Comunicado
El Partido del Trabajo lamenta profundamente la firma del Acuerdo Azucarero entre México y Estados Unidos, toda vez que sus términos dañan severamente a la industria nacional. Por ello, manifiesta su apoyo incondicional a todos empresarios del ramo.
Hacemos un llamado enérgico al gobierno mexicano para que promueva ajustes o, en su caso, la disolución del Acuerdo Azucarero y establezca nuevas bases que permitan el desarrollo de la industria nacional y una barrera de contención para la importación de productos dañinos para los mexicanos.
Es decepcionante que, en un acto por congraciarse con la administración de Trump, el gobierno mexicano tome decisiones que van en contra de los intereses de un sector productivo tan importante como es el azucarero, ya que limita la exportación a 30 por ciento de azúcar refinada y 70 por ciento de cruda, cuando anteriormente la proporción era de 53 y 47 por ciento, medida que favorece al mercado del país vecino ya que activa a sus refinadoras y con ello su economía nacional.
Asimismo, obliga a México a producir azúcar de menor calidad, y a aún con ello, sus precios son menos competitivos en el mercado norteamericano. También se tiene otro problema: la importación de la fructuosa, que no sólo daña al sector azucarero sino a la economía nacional debido a que ese producto se introduce a un precio por debajo de lo que se cotiza en el mercado, desplazando al azúcar nacional.
Al respecto, alertamos que el daño a nuestro país trasciende el plano económico-comercial para reflejarse en la salud de los mexicanos, ya que la fructuosa es elaborada con maíz transgénico, por lo que exhortamos al gobierno mexicano a tomar las medidas pertinentes para limitar no sólo la entrada de ese producto a nuestro territorio sino implementar medidas de prevención entre la población.
En este contexto es que el PT vislumbra mayores restricciones comerciales impuestas por Estados Unidos a México, en una relación trazada bajo la perspectiva de un gobierno norteamericano que quiere fortalecerse mediante políticas monopólicas, una visión nacionalista y proteccionista, mientras que su contraparte mexicana adopta la sumisión y la entrega de sus sectores productivos al mejor postor.
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