Contrario a lo que el gobierno prometió con la Reforma Energética hoy la gasolina ha registrado aumentos que impactan de manera grave la deteriorada economía de los mexicanos, el combustible actualmente es uno de los más caros del mundo porque se rige bajo la ley de la oferta y la demanda, todo ello como resultado de la privatización de Petróleos Mexicanos (Pemex); en su momento, los legisladores del Partido del Trabajo votaron en contra de dicha reforma previendo esta situación de carestía y afectación para la población.
Alberto Anaya Gutiérrez, integrante de la Comisión Coordinadora Nacional, dijo que las medidas económicas del actual gobierno sólo reflejan el planteamiento neoliberal seguido por décadas de gobiernos priistas y panistas que bajo ninguna circunstancia se han reflejado en bienestar y un mejor nivel de vida para los mexicanos.
“Es necesario que la actual administración cambie su visión en el manejo de la economía, que probado está, es errática, sometida a las políticas neoliberales impuestas por Estados Unidos, el FMI y el Banco Mundial, sacrificando el bienestar del pueblo mexicano”, subrayó.
Al respecto, insistió que la privatización de Petróleos Mexicanos fue un retroceso para el país y puso a México en una situación de desventaja a nivel mundial, ya que la premisa de asociaciones con la iniciativa privada para incrementar la producción de crudo e incorporar reservas, no es factible hasta no sanear a la paraestatal y volverla competitiva a nivel internacional.
Dijo que en este panorama prevalece la visión neoliberal de privatizar a las empresas del Estado, antes que buscar nuevas medidas para fortalecer a Petróleos Mexicanos y convertirla en la empresa del futuro.
Por ello, criticó la entrada al mercado de nuevas firmas expendedoras de gasolina, ya que principalmente se abrió la competencia a empresas extranjeras, cuyo único propósito es incrementar sus ganancias.
Asimismo, precisó que a pesar de que México se ubica entre los grandes exportadores de petróleo, importa 50% del total de la gasolina y diesel que se consume a nivel nacional, porque no tiene la capacidad de refinación para satisfacer la demanda interna y no cuenta con instalaciones para procesar los crudos pesados que se producen.
Al respecto, Anaya Gutiérrez consideró que debe retomarse el planteamiento de construir nuevas refinerías que permitan procesar el petróleo que se extrae y evitar la importación del combustible procesado a un costo elevado; más aún, ahora que se anunció el descubrimiento de un nuevo yacimiento en Cosamaloapan, Veracruz.
En este sentido, según estimaciones del propio gobierno federal en 2017 se habrán importado 616 mil 200 barriles diarios de gasolina y diesel, con un costo que superará los 12 mil 500 millones de dólares.
Recordó que el Partido del Trabajo se opuso en enero de este año al “gasolinazo” y desde entonces ha sido una voz crítica que refleja la irritación social de la ciudadanía; por ello, para hacer frente a la crisis por la que atraviesa el país se requiere de una política que reactive los sectores productivos, invertir en refinerías, equipo técnico, investigación, para disminuir la importación de gasolina, limitar la inversión extranjera en la explotación de nuestros recursos y recuperar la soberanía energética.
Ciudad de México, a 6 de diciembre de 2017.